Las personas con dificultades para la expresión oral a menudo utilizan un tablero de comunicación como sistema aumentativo o alternativo de comunicación (SAAC). Estos tableros son páginas sobre las que distribuyen, normalmente en forma de cuadrícula, imágenes, texto, fotografías o pictogramas para representar diferentes acciones, personas, objetos o conceptos.
Tradicionalmente, los tableros de comunicación se han creado sobre soportes físicos: cartulinas, libretas o láminas de madera sobre las que se pegan fotografías reales, letras o pictogramas, tanto dibujados como impresos. Para construir un mensaje utilizando este sistema, el usuario va «seleccionando» de alguna forma las diferentes celdas de la cuadrícula, que el interlocutor va uniendo mentalmente o en voz alta las para interpretar qué es lo que se pretende transmitir.
Con la llegada de dispositivos electrónicos portátiles a precios asequibles, como tablets y smartphones, la tendencia ha cambiado de utilizar estos tableros tradicionales a utilizar comunicadores dinámicos basados en aplicaciones software. Una de estas aplicaciones es nuestro programa Eneso Verbo, un sistema para Windows y Android que permite crear tableros de comunicación y actividades educativas combinando imágenes, pictogramas, sonidos y voz sintetizada o real, y acceder a ellos a través de periféricos adaptados como dispositivos de control por la mirada, barrido mediante pulsadores o ratón de cabeza.
Es evidente, incluso para personas que no son usuarias de SAAC, que usar comunicadores dinámicos aporta muchas ventajas respecto a los tableros de comunicación tradicionales: portabilidad, posibilidad usar el comunicador en diferentes dispositivos, facilidad para compartir tableros y otros recursos, ayudas a la expresión como predicción de texto o notas, etc. Pero los tableros tradicionales cuentan con otras limitaciones importantes que no siempre son aparentes a primera vista. Aquí vamos a enumerar algunas de las principales limitaciones de los tableros de comunicación tradicionales y cómo los comunicadores dinámicos basados en software han ayudado a resolverlas.
1. Vocabulario limitado
En un tablero de comunicación sobre soporte físico el número de palabras o expresiones a las que tiene acceso el usuario es muy limitado. Físicamente no hay espacio para introducir más mensajes. Las dimensiones del papel, la cartulina o la tabla sobre la que se construye imponen un límite máximo a la cantidad de celdas que es posible introducir sin que el tablero empiece a resultar inmanejable.
Naturalmente, siempre es posible introducir más celdas en la página haciendo éstas más pequeñas, pero esto hace que los mensajes (ya estén representados en forma textual o pictográfica) sean cada vez más difíciles de ver y de identificar, especialmente si el usuario tiene baja agudeza visual. Además, un tamaño de celda más pequeño dificulta el acceso, lo que enlaza con el siguiente punto.
En un comunicador dinámico como los creados con Verbo es posible introducir un número virtualmente ilimitado de páginas, lo que permite incluir un vocabulario tan extenso (o tan reducido) como se desee sin necesidad de reducir su visibilidad o dificultar su acceso. El usuario puede «navegar» de una página a otra de su tablero a través de diferentes sistemas para encontrar el mensaje deseado. Utilizando las páginas del comunicador, es posible estructurar el tablero por categorías semánticas, contextos o situaciones.
2. Dificultad de acceso
Si el usuario del tablero de comunicación, además de dificultades en la expresión oral, cuenta con movilidad reducida o nula, la selección de los diferentes mensajes para construir su discurso supone un problema adicional.
La primera opción de acceso en un tablero de comunicación tradicional es ir señalando las celdas con la mano (o, si le resulta más cómodo al usuario, con una varilla o algún tipo de puntero), pero si el usuario no cuenta con movilidad suficiente en las extremidades superiores ésta no es una opción viable. En este caso, y si el usuario dispone de un buen control cefálico, puede utilizar un puntero láser fijado a las gafas para apuntar a la celda deseada. En los casos más extremos de movilidad reducida, en los que el usuario sólo preserva control del movimiento ocular, una opción es utilizar comunicadores transparentes (por ejemplo, fabricados en metacrilato) que se sitúan entre el usuario y su interlocutor para identificar la celda deseada a partir de la dirección de la mirada.
Los comunicadores dinámicos, al estar implementados sobre soportes informáticos, pueden utilizar cualquiera de los sistemas adaptados de acceso que se han desarrollado para ellos. Verbo soporta acceso mediante ratón convencional o adaptado, pantalla táctil, barrido o navegación a través de pulsadores externos, ratón de cabeza o sistemas de seguimiento visual (eye tracking). Esto permite que cualquier persona puede acceder a una sistema de comunicación aumentativo y alternativo, independientemente de su grado y tipo de movilidad.
3. El interlocutor debe conocer el sistema
Con un tablero de comunicación tradicional, el interlocutor debe permanecer atento a las celdas que va seleccionando el usuario para interpretar cuál es el mensaje que éste pretende transmitir. Esto requiere que el interlocutor conozca el modo de representación del lenguaje que se está utilizando en el tablero.
En muchos tableros de comunicación, como hemos comentado, los mensajes no se representan de forma textual («Buenos días», «Tengo sed», etc) sino pictográfica:
En la imágenes anteriores se muestran, utilizando símbolos de las famosas librerías de pictogramas SymbolStix (superior) y ARASAAC (inferior), los conceptos «Hola», «Comer», «Perro», «Manzana» y «Bicicleta». Un interlocutor al que se le mostrase el segundo pictograma tendría que interpretar el mensaje como «Comer» o, quizás, como «Tengo hambre». En estos ejemplos la interpretación sería relativamente sencilla porque los pictogramas de SymbolStix y de ARASAAC son bastante naturalistas, pero si el usuario utiliza un sistema como Bliss, alguien que no esté familiarizado con esos símbolos probablemente tendría dificultades para comprender el mensaje:
Incluso si en el tablero el lenguaje está representado de forma textual, es necesario que el interlocutor conozca el idioma para comprender cuál es el mensaje que pretende transmitir el usuario.
Los comunicadores dinámicos resuelven este problema utilizando voz sintetizada o real. En estos comunicadores, el usuario construye su frase de forma privada seleccionando las diferentes celdas de su teclado (que podrán estar representadas en el sistema que le resulte más cómodo), y esta frase se traduce en un mensaje de voz. De esta forma, el interlocutor puede comprender el mensaje que está transmitiendo el usuario aunque no esté familiarizado con la forma de representación que esté utilizando.
4. Dificultades para iniciar la conversación
Esta es una limitación importante de los tableros de comunicación tradicionales que suele pasar desapercibida. Puesto que en estos tableros es esencial la participación activa para que la comunicación se produzca, los usuarios pueden tener serias dificultades para hacerse notar e iniciar la conversación.
Por ejemplo, si un usuario de un comunicador tradicional entra en una habitación y desea saludar, la única forma en la que puede hacerlo es si alguien detecta esa intención y se acerca a él para interpretar el mensaje. Del mismo modo, el usuario no puede interrumpir el discurso de otra persona si ésta no se da cuenta de que el usuario desea participar (o si no desea que lo interrumpan).
Al igual que en el punto anterior, con un comunicador dinámico basado en software el usuario recupera su voz y puede participar, iniciar y detener conversaciones en las mismas condiciones que cualquier otro interlocutor, algo esencial para conseguir un estilo de vida autónomo y unas relaciones sociales sanas.
Los comunicadores dinámicos aportan muchas otras ventajas sobre los tradicionales además de las que hemos enumerado aquí. Consulta la página de Eneso Verbo y descubre cómo puede ayudarte a crear tableros de comunicación y actividades educativas dinámicas, interactivas y accesibles. ¡Y no dejas de visitar la Comunidad Verbo para ver lo que han compartido otros usuarios!